Tuesday, April 13, 2010

Health benefits of kiwi

Kiwifruit
This tiny, nutrient-dense fruit packs an amazing amount of vitamin C (double the amount found in oranges), has more fiber than apples, and beats bananas as a high-potassium food. The unique blend of phytonutrients, vitamins, and minerals found in kiwifruit helps protect against heart disease, stroke, cancer, and respiratory disease. Kiwifruit's natural blood-thinning properties work without the side effects of aspirin and support vascular health by reducing the formation of spontaneous blood clots, lowering LDL cholesterol, and reducing blood pressure. Multiple studies have shown that kiwifruit not only reduce oxidative stress and damage to DNA but also prompt damaged cells to repair themselves.

Kiwifruit are often prescribed as part of a dietary regimen to battle cancer and heart disease, and in Chinese medicine they are used to accelerate the healing of wounds and sores.

How much: Aim to eat one to two kiwifruit a day while they're in season, for the best taste and nutrition. California-grown kiwifruit are in season from October through May, and New Zealand kiwifruit are available between April and November.

Tips: Kiwifruit contain enzymes that activate once you cut the fruit, causing the flesh to tenderize. So if you're making a fruit salad, cut the kiwifruit last.

The riper the kiwifruit, the greater the antioxidant power, so let them ripen before you dig in.

Monday, April 12, 2010

Lo que pensaba Marti del socialismo-comunismo, por el año 1884

[...] Henry George anda predicando la justicia de que la tierra pase a ser propiedad de la nación; y la Federación Democrática anhela la formación de “ejércitos industriales y agrícolas conducidos por el Estado”. Gravando con más cargas, para atender a las nuevas demandas, las tierras de poco rendimiento, vendrá a ser nulo el de estas, y a tener menos frutos la nación, a quien en definitiva todo viene de la tierra, y a necesitarse que el Estado organice el cultivo forzoso. Semejantes empresas aumentarían de terrible manera la cantidad de empleados públicos, ya excesiva. Con cada nueva función, vendría una casta nueva de funcionarios. Ya en Inglaterra, como en casi todas partes, se gusta demasiado de ocupar puestos públicos, tenidos como más distinguidos que cualesquiera otros, y en los cuales se logra remuneración amplia y cierta por un trabajo relativamente escaso; con lo cual claro está que el nervio nacional se pierde. ¡Mal va un pueblo de gente oficinista!
Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el Estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el Estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pluguiese al Estado asignarle, puesto que a este, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facultades necesarias para recabar los medios de cumplir aquellos. De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre él; y en ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y como los funcionarios son seres humanos, y por tanto abusadores, soberbios y ambiciosos, y en esa organización tendrían gran poder, apoyados por todos los que aprovechasen o esperasen aprovechar de los abusos, y por aquellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo de los quebrantos, violencias, hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio, y las astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana. “De mala humanidad —dice Spencer— no pueden hacerse buenas instituciones.” La miseria pública será, pues, con semejante socialismo a que todo parece tender en Inglaterra, palpable y grande. El funcionarismo autocrático abusará de la plebe cansada y trabajadora. Lamentable será, y general, la servidumbre. [...]
José Martí,
“La futura esclavitud”,
La América, Nueva York, abril de 1884.
Obras Completas, tomo 15, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, pp. 388-392.
10 Abril 2010
Categorías: Artículos, Cuba . . Autor: Manuel Díaz Martínez .
Evangelio según San Juan
Autor: La Biblia

Capítulo 12: Juan 12




1 Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos.
2 Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
3 Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.
4 Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar:
5 "¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?"
6 Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella.
7 Jesús dijo: "Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura.
8 Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis."
9 Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.
10 Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro,
11 porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.
12 Al día siguiente, al enterarse la numerosa muchedumbre que había llegado para la fiesta, de que Jesús se dirigía a Jerusalén,
13 tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: = "¡ Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, = y el Rey de Israel!"
14 Jesús, habiendo encontrado un borriquillo, se montó en él, según está escrito:
15 = No temas, hija de Sión; mira que viene tu Rey montado en un pollino de asna. =
16 Esto no lo comprendieron sus discípulos de momento; pero cuando Jesús fue glorificado, cayeron en la cuenta de que esto estaba escrito sobre él, y que era lo que le habían hecho.
17 La gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro de la tumba y le resucitó de entre los muertos, daba testimonio.
18 Por eso también salió la gente a su encuentro, porque habían oído que él había realizado aquella señal.
19 Entonces los fariseos se dijeron entre sí: "¿Veis cómo no adelantáis nada?, todo el mundo se ha ido tras él."
20 Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta.
21 Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: "Señor, queremos ver a Jesús."
22 Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
23 Jesús les respondió: "Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre.
24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.
25 El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna.
26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor.Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
27 Ahora mi alma está turbada.Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora!Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!
28 Padre, glorifica tu Nombre." Vino entonces una voz del cielo: "Le he glorificado y de nuevo le glorificaré."
29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: "Le ha hablado un ángel."
30 Jesús respondió: "No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros.
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.
32 Y yo cuando sea levando de la tierra, atraeré a todos hacia mí."
33 Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.
34 La gente le respondió: "Nosotros sabemos por la Ley que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que es preciso que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?"
35 Jesús les dijo: "Todavía, por un poco de tiempo, está la luz entre vosotros.Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que camina en tinieblas, no sabe a dónde va.
36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz."Dicho esto, se marchó Jesús y se ocultó de ellos.
37 Aunque había realizado tan grandes señales delante de ellos, no creían en él;
38 para que se cumpliera el oráculo pronunciado por el profeta Isaías: = Señor, ¿quién dio crédito a nuestras palabras?Y el brazo del Señor, ¿a quién se le reveló? =
39 No podían creer, porque también había dicho Isaías:
40 = Ha cegado sus ojos, ha endurecido su corazón; para que no vean con los ojos, ni comprendan con su corazón, ni se conviertan, ni yo los sane. =
41 Isaías dijo esto porque vio su gloria y habló de él.
42 Sin embargo, aun entre los magistrados, muchos creyeron en él; pero, por los fariseos, no lo confesaban, para no ser excluidos de la sinagoga,
43 porque prefirieron la gloria de los hombres a la gloria de Dios.
44 Jesús gritó y dijo: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado;
45 y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado.
46 Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas.
47 Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.
48 El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día;
49 porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar,
50 y yo sé que su mandato es vida eterna.Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí."

Saturday, April 10, 2010

La resurreccion de Lazaro, de Betania, de acuerdo a San Juan

Evangelio según San Juan
Autor: La Biblia

Capítulo 11: Juan 11




1 Había un cierto enfermo, Lázaro, de Betania, pueblo de María y de su hermana Marta.
2 María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos; su hermano Lázaro era el enfermo.
3 Las hermanas enviaron a decir a Jesús: "Señor, aquel a quien tú quieres, está enfermo."
4 Al oírlo Jesús, dijo: "Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella."
5 Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
6 Cuando se enteró de que estaba enfermo, permaneció dos días más en el lugar donde se encontraba.
7 Al cabo de ellos, dice a sus discípulos: "Volvamos de nuevo a Judea."
8 Le dicen los discípulos: "Rabbí, con que hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y vuelves allí?"
9 Jesús respondió: "¿No son doce las horas del día? Si uno anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
10 pero si uno anda de noche, tropieza, porque no está la luz en él."
11 Dijo esto y añadió: "Nuestro amigo Lázaro duerme; pero voy a despertarle."
12 Le dijeron sus discípulos: "Señor, si duerme, se curará."
13 Jesús lo había dicho de su muerte, pero ellos creyeron que hablaba del descanso del sueño.
14 Entonces Jesús les dijo abiertamente: "Lázaro ha muerto,
15 y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis. Pero vayamos donde él."
16 Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: "Vayamos también nosotros a morir con él."
17 Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.
18 Betania estaba cerca de Jerusalén como a unos quince estadios,
19 y muchos judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por su hermano.
20 Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro, mientras María permanecía en casa.
21 Dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.
22 Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá."
23 Le dice Jesús: "Tu hermano resucitará."
24 Le respondió Marta: "Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día."
25 Jesús le respondió: "Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?"
27 Le dice ella: "Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo."
28 Dicho esto, fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: "El Maestro está ahí y te llama."
29 Ella, en cuanto lo oyó, se levantó rápidamente, y se fue donde él.
30 Jesús todavía no había llegado al pueblo; sino que seguía en el lugar donde Marta lo había encontrado.
31 Los judíos que estaban con María en casa consolándola, al ver que se levantaba rápidamente y salía, la siguieron pensando que iba al sepulcro para llorar allí.
32 Cuando María llegó donde estaba Jesús, al verle, cayó a sus pies y le dijo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto."
33 Viéndola llorar Jesús y que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó
34 y dijo: "¿Dónde lo habéis puesto?" Le responden: "Señor, ven y lo verás."
35 Jesús se echó a llorar.
36 Los judíos entonces decían: "Mirad cómo le quería."
37 Pero algunos de ellos dijeron: "Este, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera?"
38 Entonces Jesús se conmovió de nuevo en su interior y fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta encima una piedra.
39 Dice Jesús: "Quitad la piedra." Le responde Marta, la hermana del muerto: "Señor, ya huele; es el cuarto día."
40 Le dice Jesús: "¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?"
41 Quitaron, pues, la piedra. Entonces Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: "Padre, te doy gracias por haberme escuchado.
42 Ya sabía yo que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho por estos que me rodean, para que crean que tú me has enviado."
43 Dicho esto, gritó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal fuera!"
44 Y salió el muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelto el rostro en un sudario. Jesús les dice: "Desatadlo y dejadle andar."
45 Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él.
46 Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
47 Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: "¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales.
48 Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación."
49 Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: "Vosotros no sabéis nada,
50 ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación."
51 Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación
52 - y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
53 Desde este día, decidieron darle muerte.
54 Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos.
55 Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse.
56 Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: "¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?"
57 Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.

Enseñanza del maestro Jesus, segun San Juan

Evangelio según San Juan
Autor: La Biblia

Capítulo 10: Juan 10




1 "En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador;
2 pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.
3 A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.
4 Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
5 Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños."
6 Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
7 Entonces Jesús les dijo de nuevo: "En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon.
9 Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto.
10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir.Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
11 Yo soy el buen pastor.El buen pastor da su vida por las ovejas.
12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa,
13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí,
15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.
17 Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo.
18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente.Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre."
19 Se produjo otra vez una disensión entre los judíos por estas palabras.
20 Muchos de ellos decían: "Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le escucháis?"
21 Pero otros decían: "Esas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?"
22 Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno.
23 Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón.
24 Le rodearon los judíos, y le decían: "¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente."
25 Jesús les respondió: "Ya os lo he dicho, pero no me creéis.Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí;
26 pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas.
27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.
28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.
30 Yo y el Padre somos uno."
31 Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.
32 Jesús les dijo: "Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?"
33 Le respondieron los judíos: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios."
34 Jesús les respondió: "¿No está escrito en vuestra Ley: = Yo he dicho: dioses sois? =
35 Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios - y no puede fallar la Escritura -
36 a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis;
38 pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre."
39 Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos.
40 Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí.
41 Muchos fueron donde él y decían: "Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad."
42 Y muchos allí creyeron en él.

Evangelio de San Juan capitulo 9

Evangelio según San Juan
Autor: La Biblia

Capítulo 9: Juan 9




1 Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron sus discípulos: "Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?"
3 Respondió Jesús: "Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios.
4 Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar.
5 Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo."
6 Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego
7 y le dijo: "Vete, lávate en la piscina de Siloé" (que quiere decir Enviado). El fue, se lavó y volvió ya viendo.
8 Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: "¿No es éste el que se sentaba para mendigar?"
9 Unos decían: "Es él". "No, decían otros, sino que es uno que se le parece." Pero él decía: "Soy yo."
10 Le dijeron entonces: "¿Cómo, pues, se te han abierto los ojos?"
11 El respondió: "Ese hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó los ojos y me dijo: "Vete a Siloé y lávate." Yo fui, me lavé y vi."
12 Ellos le dijeron: "¿Dónde está ése?" El respondió: "No lo sé."
13 Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego.
14 Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos.
15 Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. El les dijo: "Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo."
16 Algunos fariseos decían: "Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado." Otros decían: "Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales?" Y había disensión entre ellos.
17 Entonces le dicen otra vez al ciego: "¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?" El respondió: "Que es un profeta."
18 No creyeron los judíos que aquel hombre hubiera sido ciego, hasta que llamaron a los padres del que había recobrado la vista
19 y les preguntaron: "¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?"
20 Sus padres respondieron: "Nosotros sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego.
21 Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha abierto los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene; puede hablar de sí mismo."
22 Sus padres decían esto por miedo por los judíos, pues los judíos se habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedara excluido de la sinagoga.
23 Por eso dijeron sus padres: "Edad tiene; preguntádselo a él."
24 Le llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: "Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador."
25 Les respondió: "Si es un pecador, no lo sé. Sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo."
26 Le dijeron entonces: "¿Qué hizo contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?"
27 El replicó: "Os lo he dicho ya, y no me habéis escuchado. ¿Por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es qué queréis también vosotros haceros discípulos suyos?"
28 Ellos le llenaron de injurias y le dijeron: "Tú eres discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés.
29 Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; pero ése no sabemos de dónde es."
30 El hombre les respondió: "Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos.
31 Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha.
32 Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento.
33 Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada."
34 Ellos le respondieron: "Has nacido todo entero en pecado ¿y nos da lecciones a nosotros?" Y le echaron fuera.
35 Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: "¿Tú crees en el Hijo del hombre?"
36 El respondió: "¿Y quién es, Señor, para que crea en él?"
37 Jesús le dijo: "Le has visto; el que está hablando contigo, ése es."
38 El entonces dijo: "Creo, Señor." Y se postró ante él.
39 Y dijo Jesús: "Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos."
40 Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: "Es que también nosotros somos ciegos?"
41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: "Vemos" vuestro pecado permanece."

Tuesday, April 6, 2010

Hasta el viejo hospital de los borrachos, llevaron a Raul Castro medio herido, porque un disidente enardecido lo sorprendio borracho y lo ataco. Llego con la camisa destrozada, la cara sucia enrojecida, despeinado y hablando sin sentido y el medico de guardia dijo asi "escondan, escondan los pomos con alcohol ".
Yo y mi otro yo
6 Abril, 2010 por jurisconsultocuba




Fidelidad, lealtad, sacrificios, palabras que escucho desde pequeña, pero que no entiendo. No comprendo a que debo serle fiel ¿A mi país, a mis principios o la Revolución? ¿Cómo hago para decir una cosa y después actuar de otra forma? Me suena todo a falsedad ¿Cuántas veces repetí el juramento de defender las conquistas del Socialismo?

-Cuando te pusieron la pañoleta, cuando ingresaste en la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y en la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU). Distes el paso al frente a cada llamado.

-Todavía no sé porque lo hice.

-Sí, si lo sabes. Querías entrar en el Instituto de Relaciones Internacionales.

-Por gusto, al secretariado de la Unión de Jóvenes Comunistas no le pareció suficiente mi aval. Se le dieron a otro, a uno de los de la ‘guara’. No importa, todo sea por la Revolución. ¿Y qué es la Revolución? Recuerdo el cartel de L y 23, se me grabó la primera frase “es cambiar todo lo que debe ser cambiado”. Eso quiero yo en mi vida, un cambio. Quiero tener una casa espaciosa, un carro y poder comprarle a mi hijo, el juguete de sus sueños, el día de los reyes magos.

-¡Yahíma no seas ambiciosa! Como puedes desear tanto cuando hay miles de personas muriendo de hambre en el mundo, niños que no tienen hogar, ni pueden ir a la escuela.

-¡Dios perdóname; pero déjame soñar! Estoy cansada de perder, 5 horas de las 24 que tiene el día, esperando el transporte; de vivir hacinada en 12 metros cuadrados, con los horcones podridos y el techo cayéndome encima. Hoy tengo treinta años y me queda un sabor amargo en la boca. Estudié, me hice una profesional. Pensé que era el camino para realizar mis sueños y me equivoqué.

-¿De qué te quejas?

- Tal vez como puta me hubiese ido mejor. ¿Cuántas veces critiqué a mi vecina por venderse por unos dólares? Pero fueron más las que deseé tener sus ropas para asistir a mi graduación. ¡Qué injusta la vida!, ella abandonó los estudios y jineteó desde los 14 años, mientras yo me sacrificaba y estudiaba ¿Sabes? En aquel entonces me sentía privilegiada. Hoy, ella está en Italia. Viene de visita, renta un auto y va a los lugares que yo solo conozco por revista, mientras yo sigo intentando sobrevivir con un salario de mierda, que no me dura tres días del mes. El resto tengo que depender de mi marido, yo, que siempre añoré ser una mujer independiente.

- No entiendo que es lo que quieres.

-Estoy confundida, ni yo misma sé lo que quiero: unas veces morir, otras, huir aunque sea en una balsa. Pero soy cobarde, no tengo valor de poner un fin a la vida de perros que estoy llevando. Tampoco hago nada para que llegue el cambio. ¿Pero qué puedo hacer? Solo hablar conmigo misma y llorar mis penas en esta soledad. No sé porque, pero a veces sueño despierta que tengo todo lo que quiero en un lugar que jamás he visto. Todo limpio, bonito, con sombras y silencioso. No debe ser Cuba.

-¿A lo mejor los santos te están avisando que podrías escapar de esta pesadilla?

-¿No sé cómo?, únicamente que me encuentre un Yuma (extranjero). ¿Sabes que extrañaría si dejara esta tierra? Este calor insoportable, sentarme en el portal de mi vecina y hablar de todo, aunque no tenga la remota idea de lo que estoy diciendo, el juego de dominó, el cuento malicioso, el lenguaje de doble sentido, la bulla, el pregón de los merolicos ambulantes.

-¡Niña despierta y aterriza que aun estas en Cuba! A dormir, mañana hay que madrugar para llegar temprano al trabajo…

Laritza Diversent
Escrito en Sobre la ley cubana

Saturday, April 3, 2010

CRUJE EL MURO DE CAÑA
Escrito por Fuente indicada en la materia
Sábado, 03 de Abril de 2010 11:43
Por JOAQUÍN VILLALOBOS

Fidel Castro se preparó para enfrentar una invasión estadounidense, derrotar rebeliones contrarrevolucionarias, evadir atentados contra su vida y resistir al embargo estadounidense, pero no se preparó para pelear contra hombres dispuestos a dar la vida en una huelga de hambre; ni para enfrentar a un puñado de mujeres que protestarían pacíficamente, ni para lidiar con grupos musicales que, con el más subversivo de los mensajes, le cantarían a centenares de miles de cubanos "que la normalidad no es pecado".

Fidel basó su defensa estratégica en mantenerse como víctima. La belicosidad del exilio de Miami y de los Gobiernos estadounidenses han sido en esto su principal soporte. Pero ahora no puede culpar al imperialismo por el heroísmo de los opositores, ni pelearse contra las ganas de bailar de los cubanos luego de haberlos hastiado con medio siglo de consignas políticas